sábado, 19 de septiembre de 2009

BOLSA CACA


Dicen que las bolsas de plástico tardan un gritón y medio en descomponerse, dicen que contaminan el medio ambiente y cuentan que, por su culpa, mueren cientos de especies marinas, de aves y de pequeños mamíferos.

He estado guardando en esas bolsas sus mentiras, sus frases inacabadas, sus miradas y sus tardes. En ellas he paseado del cole a casa mis sueños y mis ideas, también las he utilizado para tirar la basura, para olvidar para siempre mis cosas.

He guardado en ellas poemas sin acabar, frases rotas, apuntes y palabras mal ordenadas que nunca llegaron a ser nada, intentos de relatos, listas de cumpleaños y mi alineación inventada del Pro Action Fútbol, mis dibujos y algún ejercicio de geometría.

Todo lo que no me ha servido ha sido engullido por vosotras, bolsas de plástico, os las habéis llevado a sabe dios dónde, quizás a Rivas y su vertedero, quizás al Mediterráneo, a lo mejor os han reciclado y resulta que mis cartas de amor son ahora un polideportivo.

Papeles impregnados con mi ADN, con cálculos y fechas, con una canción y el típico garabato que hago mientras hablo por teléfono.

La videoconsola que nunca me pude comprar a pesar de estar en oferta, y esa mujer medio desnuda que me ayudó a crecer solo.

Esas bolsas se lo han llevado todo.

Cuando me pregunten dónde he metido mis cosas diré que en una bolsa de plástico, que vagará a la deriva durante 400 años esperando a ser reciclada.

Quién sabe dónde han ido a parar los recuerdos de mis historias a medio hacer, dónde se esconde todo aquello que no me atreví a terminar o que terminé y no supe aprovechar.

Me atemoriza pensar que tardarán 400 años en descomponerse y deshacerse de todas esas ideas sin llegar a volverse locas.

A partir de ahora prometo utilizar más la almohada.

viernes, 4 de septiembre de 2009

ERES DISTINTO


Y es por eso que la gente te mira raro, es porque no eres típico, porque no eres como la gran mayoría de la masa, porque eres capaz de entrar a risotadas histéricas en una biblioteca, porque puedes fotocopiarte el culo y empapelar los pasillos con la imagen, porque repites la misma frase cada vez que pasas delante de ese cartel de carretera, porque te ríes solo por la calle, mientras recuerdas algo realmente absurdo, porque eres capaz de inventarte un mundo con sólo escuchar un comentario perdido en el metro, porque eres un romántico, porque embaucas mujeres con una sola frase, y porque cuando sales a echarte un cigarro nunca vuelves.

Eres diferente y por eso hay quien te odia, no soportan verte sonreír cuando las desgracias te rodean, ni verte perder el culo por el sueño de llenar un estadio de fútbol, tampoco aguantan que hagas el amor y no folles, ni que simplemente estés zumbao.

Se asustan de ver que eres capaz de tocar flamenco con soltura en solo un año y poco, y de observar lo poco que te importa que miren tu cresta oblicua; les atemoriza el hecho de pensar que sus hijas se acerquen a tu indómito sentido del humor que las hará presas, que para siempre, las marcará.

No entienden que compongas sobre heridas pasadas, ni que te sepas mas de cien frases célebres de los Simpson, les cuesta, y es que no es normal entrar en un buffet y desabrocharse progresivamente los botones de pantalón, como tampoco lo es venerar la foto de un desvalido mapache al que le impiden hablar.

No puedes romper vasos con la mente y eso les descontrola, porque te creen capaz de todo, porque no saben por dónde les vas a salir, no se asustan de nada que puedas hacer, temen que les quites a la novia o que sonrías cobrando el salario mínimo.

Se ríen de ti, pero lo hacen a la espalda, no por miedo a un bofetón, sino por miedo a que con tu ingenio aplastes su comentario y le des la vuelta a la tortilla, porque prefieren hacerlo en clandestinidad, no les interesa el cara a cara, porque se esconden en su "vida".

En el fondo admiran tu saber hacer.

En el fondo lo saben.

En el fondo temen.

No eres tonto, eres distinto.